Lo que tienes que pensar es en tu
futuro, no exactamente en la jubilación. Tienes que marcarte un objetivo de lo
que quieres para tu vida y con arreglo a él ir construyendo el futuro.
El presente y lo que hagas hoy,
te llevará al mañana, al igual que el diseño y los buenos cimientos te llevarán
a construir el rascacielos.
No se puede vivir pensando en que
papá Gobierno cuidará de tu vejez cuando llegue, porque eso en los tiempos que
corren es una utopía pensarlo. Pero aunque fuera así, tú no puedes depender de
que alguien administre tus bienes, más bien debes ser tú el que los gestiones y
les procures la máxima rentabilidad, para que llegado el día de mañana las
semillas que tú hayas plantado den una buena cosecha.
Acostúmbrate a destinar una parte
de los ingresos que percibas a invertirlos (un 10%). Ves plantando la semilla
poco a poco e iras descubriendo el mundo de la inversión procurándote un flujo
de dinero que se sumará a tu sueldo, si eres un asalariado, o a los ingresos que genera tu negocio, si eres un
empresario.
Sin darte cuenta, aquella pelota
de nieve que has ido girando, al cabo de los años irá creciendo y habrás creado
tu propio plan de jubilación, además de otros posibles activos que habrás
conseguido en el camino.
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