Es lamentable ver que cada vez y en todos los ámbitos de la vida, se construye sobre arena. Casi nada se hace sobre una base de buenos cimientos. Eso significaría dedicar más tiempo, más esfuerzo y más dinero. Pocos están dispuestos a eso.
Recuerdo la nefasta experiencia profesional de una persona, en una importante tienda de moda. Ni dirección, ni organización, ni atención, ni respeto alguno. El menosprecio a empleados y clientes era patente día tras día, rechazando las opiniones. ¿Para qué dedicar tiempo y esfuerzo en mejorar si con la facturación existente era suficiente? "Casualmente" los mejores empleados se marchaban a los pocos días viendo el desastre en la gestión, no habiendo hecho caso alguno de sus sugerencias. ¡Qué ignorancia es construir sobre arena, sin una base y sin cimiento alguno! Y todavía cuando el castillo se venga a bajo, tampoco existirá el reconocimiento de los importantes errores, y las culpas recaerán sobre el "mal" trabajo y "desidia" de los empleados.
Aquellos que hemos visto construir empresas sobre buenos cimientos, nos sorprendemos ahora de esa ignorancia que solo conduce al naufragio y que vayan saltando del barco uno tras otro buscando otras naves con capitanes que sepan manejar el timón.
Pero lo mismo pasa con la familia, con la pareja, con los hijos, con los amigos. ¿Dónde se ponen los buenos cimientos para que las relaciones duren de por vida y no puedan destruirlas ninguna tormenta?
Pasa con los hijos. Hijos que no tienen un referente en los padres, que no son escuchados, que no son corregidos, que son consentidos, que no saben lo que es compartir, que nadie les ha inculcado valores, que nadie les ha hablado de Dios, que no reciben educación ni respeto con el ejemplo... Si no tienen una base firme que les sustente, ¿cómo será su crecimiento, su adolescencia, su madurez?
Lo mismo pasa con el matrimonio. Amarse supone esfuerzo, paciencia, respeto, entrega, humildad, comunicación... Supone un construir diario sobre Roca. Supone amor verdadero. Ese edificio del amor nunca se caerá si nos ocupamos cada día de reforzar los cimientos y cubrir las posibles grietas.
Es de ignorantes no dedicar tiempo y esfuerzo en construir sobre Roca lo que verdaderamente importa y lo que va a llenar de felicidad nuestra vida.
Los buenos edificios se construyen sobre cimientos firmes en las personas basados en la ética, la moral, la responsabilidad, los valores, las virtudes... además de las cualidades y capacidades. Cuando se contrata, parece que ya no es importante saber qué clase de persona es la que tenemos delante y cuáles son sus principios. Una persona con principios defiende la empresa y se preocupa de la satisfacción de los clientes, una persona sin principios defiende sus propios intereses.
Cuando la ambición, el orgullo y la soberbia son lo primero, lo demás irremediablemente pasa a ser lo último.
Toda acción tiene sus consecuencias, pero parece que las consecuencias ahora no importan porque antes el capitán abandona el barco, sin importar cuando se hunde y cuantas personas van a morir en el naufragio.
Cuando la vida no se construye sobre Roca, no se ve el sentido propio de la misma.
La vida que se construye sobre la Roca Firme, corrige y mantiene el rumbo que marca la Verdadera Brújula, para no perderse en el camino.
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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