Primero no debemos ser derrotistas, porque si antes de empezar ya somos negativos, difícilmente llegaremos al objetivo al no existir motivación ni ilusión alguna.
Y segundo, cualquier camino que emprendas te llevará a algún sitio. Podrá no ser lo alto de la cima, pero habrás llegado incluso a donde muchos otros no habían llegado ni llegarán.
Cuando coges el tren, sabes que va a ver muchas paradas hasta que llegues a tu destino. A lo mejor no llegas allí porque en el camino descubres que en alguna de esas paradas se encuentra aquello que tú andabas buscando y prefieres bajarte allí. Lo importante es coger el tren e ir con todo lo necesario en tus maletas porque no sabes el dónde ni el cómo, pero seguro que hay algo que te está esperando a ti. Lo importante es ir bien preparado y con los máximos conocimientos, para que allá donde llegues puedas construir aquello que en tus ideales llevabas escrito. Lo importante es dar un paso detrás de otro para poder llegar, así cuando te des cuenta, habrás andado kilómetros de sabiduría y experiencia y habrás construido lo que nadie habría construido permaneciendo inmóvil.
Todo esfuerzo tiene su recompensa.
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