Como ya alguno os habrá dicho, nada ha acabado después de tanto estudio sino que empieza ahora. Todo este tiempo habéis estado haciendo la maleta preparando vuestro equipaje y ahora tenéis que subiros al tren y llegar a vuestra estación, a vuestro destino previsto. Ahora depende de vosotros llegar a tiempo y no perder el tren, estar en la estación en el momento que pase y no equivocarse de parada y si, llegado el caso, uno se sube o se baja donde no debe, saber volver a subirse hasta llegar al destino.
Pero si verdaderamente queréis montar en ese tren, debéis saber que éste no pasa por la puerta de vuestra casa y llama para que os levantéis del sofá. Deberéis levantaros vosotros solitos, mirar los horarios y recorrer los kilómetros que os separan de la estación, superando los obstáculos que hay en el camino para llegar a tiempo de que haga su parada. El tren pasa y tu trabajo a partir de ahora, consiste en estar ahí en el momento preciso para subirse.
Estos consejos pretenden hacerte comprender que tú y solo tú, harás posible que encuentres ese trabajo que deseas. El tren va a pasar y tú solamente tienes que estar en la estación. ¿Estás dispuesto a levantarte del sofá y recorrer el camino hasta la estación?
No seas susceptible y entiende lo que quieren decir estos puntos. Algunas frases son duras, pero no tengo ninguna intención de ofender a nadie, si no que más bien lo que pretendo es daros ese empujón que os hace falta para entrar al mundo laboral.
Y después de estudiar…, a ganar pasta gansa. ¿Pero dónde?
Ya has terminado de estudiar, ¿y ahora qué? ¿Dónde está tu trabajo?
Lamento decirte que se acabó la sopa boba. Los papaítos ya han cumplido con su obligación y ahora te toca a ti. ¡A qué esperas! ¡Ya tenías que haber empezado a enviar mil y un currículum! ¡Levántate del sofá y mueve tu culo que se va el tren! Se acabó la sopa boba ¡Entérate! ¿No crees que tienes edad para buscarte la comida? Imagino que sí y que ya te has dado cuenta.
El trabajo no llueve del cielo. Nadie va a llamar a tu puerta. ¿Quién sabe que estás buscando trabajo? ¿Crees que estás en un listado que alguien consulta a diario y que te llamará algún día? Cuanto más tardes en ponerte las pilas, más gente te habrá adelantado en la carrera hacia tu trabajo. El trabajo tienes que buscarlo, nadie te va a llamar porque nadie sabe que existes. Empieza a decirle a todo el mundo, a todas las empresas, que estás ahí y que quieres comerte el mundo.
Apúntate en todos los portales de empleo. Para encontrar trabajo hay que trabajar. Selecciona todas las empresas de tu interés y aquellas en las que puedes desarrollar tus conocimientos. Envía tu currículum y añade una carta pidiendo una oportunidad. Si solo envías 5 al día, serán 150 al mes, 600 en cuatro meses y 1500 en diez meses. Lo importante es que llegue solo una al sitio adecuado. ¿Cuántas papeletas tuyas quieres que haya en la urna?
Aunque para dos puestos se hayan presentado 1000 currículum, no desesperes, el tuyo puede llegar en el momento adecuado, llegar a la persona precisa, ser el más interesante, tu domicilio ser el ideal para la empresa o tu apellido ser el de un conocido de tu “primo”. Tú no sabes nunca ni el momento, ni el lugar, pero tienes que estar ahí por si acaso. Nunca se coge una papeleta que no está dentro de la urna.Tienes que estar en todas las urnas. Cuántas más urnas mejor. No sabes a quién va a llegar tu currículum, puede ser que le llegue precisamente a tu vecino de enfrente o al empresario que ya no tiene más ganas de esperar ese trabajador que necesita, fijándose en ti. Puede que no tengas el mejor currículum, pero sí deberás tener la mejor actitud. Y esa es la que tendrán que ver los entrevistadores.
Enróllate con tus profesores y tutores, interésate por sus conocimientos, por su asignatura, pregúntales y hazles partícipes de tus inquietudes laborales. Ellos tienen contactos y siempre recomendarán a gente inquieta, con interés, con aspiraciones y ganas de triunfar.
Si te dicen que no tienes experiencia, reta a tu entrevistador. Ofrece tu trabajo tres meses sin sueldo para demostrar tu valía personal y de lo que eres capaz. ¡Déjeme trabajar tres meses sin sueldo, si no valgo me echa! ¡Déme una oportunidad para conseguir esa experiencia!
Si vas a una entrevista, infórmate antes de la empresa. A qué se dedica, cuánta gente trabaja allí, dónde tiene sucursales, qué proyectos están en marcha (ahora es fácil con internet). Tu entrevistador se sorprenderá y valorará tu información y conocimientos, cuando le digas que sabes que es la segunda en el mercado en ese tipo de fabricación, y además le preguntes cuánto tiempo llevará el desarrollo del proyecto “z”, y que sabes que el número de empleados ha crecido un x % en solo x años.
Sé pesado, si una empresa te interesa y te crees capacitado para trabajar allí, envía una o dos cartas cada mes pidiendo una oportunidad, a uno y a otro de los responsables de la empresa, o llama por teléfono solicitando una entrevista. Que seas el comentario entre ellos hasta que alguno diga “ésta persona es constante y no se rinde, ¿por qué no le damos una oportunidad?”
Sí, ya sabemos que eres ingeniero y te quieren explotar trabajando de aprendiz, pero no te reveles y no te preocupes, el que te va a contratar también era un licenciado “pardillo” cuando entró en la empresa y ahora es el Director de Recursos Humanos. Entra y demuéstrales trabajando que no eres un aprendiz, que sabes, que puedes y que quieres.
A la décima planta no puedes subir de cinco en cinco en cinco escalones, hay que subir de uno en uno o a lo sumo de dos en dos, pero siempre poco a poco y sabiendo donde se pisa, no te vayas a caer antes de empezar a subir.
Si el mundo no te gusta no protestes más y.., ¡cámbialo! Tu granito de arena también es importante. Pequeñas aportaciones también consiguen grandes éxitos.
No lo dudes, di que sí. Para decir que “no” siempre hay tiempo. Lo importante es entrar, que te conozcan, que te valoren, ya llegará el momento de decir que “no” si es preciso. Los trenes pasan de cuando en cuando y hay que subirse en el vagón, aprender a viajar dentro y bajarse en la estación que tú desees cuando hayas viajado suficiente.
Cuando hayas entrado a trabajar en una empresa, sonríe, no protestes, se dispuesto y voluntarioso. No te quedes con los brazos cruzados, pide trabajo, consulta, aprende, ofrécete para ayudar a cualquiera. Cumple con tu obligación, haz todos los favores que estén en tu mano y no digas que no. No mires mal a nadie, no critiques y no te quejes delante de nadie. Las paredes oyen. Que todos sepan que pueden contar contigo, que eres un currante y que estás allí para trabajar.
Si no sabes, aprende, pregunta, investiga, se resolutivo. Presenta soluciones e ideas, nunca problemas o trabajos inacabados. Ponte siempre en el lugar del otro. Si tú fueras el empresario, ¿a quien contratarías, a quien pone mala cara, protesta por todo y reclama siempre su condición de “ingeniero”, o al que está dispuesto, aprende, investiga y trabaja sin poner pegas a nada demostrando que efectivamente puede llegar a ser un buen “ingeniero”?
No dejes de sembrar nunca. Recuerda que quien siembra recoge. Lo que haces y parece que nadie lo tiene en cuenta, son semillas que dan su fruto en su momento. No lo dudes.
Puedes ser ingeniero, arquitecto o albañil, pero siempre sé el mejor. No te quejes de que esto aquello está mal, aporta tus ideas para solucionarlo o mejorarlo.No te importe cometer errores. Siempre comete errores el que hace cosas, el que no hace nada lógicamente no los comete.
Y mientras tanto, mientras ese trabajo se hace realidad, estudia, adquiere más conocimientos, acumula historial para tu currículum, da clases, haz trabajos esporádicos. No te quedes quieto. ¿Qué pensará el entrevistador cuando descubra que llevas tres, seis meses o un año sentado en un sofá y que no has hecho nada constructivo?
¿Qué he hecho hoy? Este cartel tendrás que tenerlo en tu habitación para responder al final del día. Recuerda que ésta misma pregunta te la pueden hacer en la empresa que pretende darte trabajo.
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