Llevas ya muchos años construyéndolo sin tú saberlo. Has estado escogiendo el terreno, mirando las diferentes alternativas, visitando los lugares apropiados, analizando los cimientos, eligiendo los materiales y las estructuras idóneas para construir el gran rascacielos de tu futuro. Y ahora, cuando tienes realizados los primeros estudios de tu proyecto, cuando llegas a la parte fundamental, cuando puedes empezar a vislumbrar poco a poco tu obra, te paras porque no sabes continuar, porque no te dejan o porque piensas que ya está todo construido y que la pared que empezaste se va levantar sola.
El futuro no es un lugar al que estamos dirigiéndonos, sino uno que estamos creando. No debemos encontrar caminos, sino trazarlos y la acción de hacerlo cambia tanto al hacedor como al destino ( John Schaar)
El destino lo creamos día a día y las acciones de toda nuestra vida influyen en él. Por eso tenemos que trazar caminos que nos lleven a ese futuro, a ese destino que hemos focalizado como objetivo.
El futuro es nuestro presente y lo que hagamos hoy, ahora mismo, influye y te dirige hasta él. Por eso es importante que no perdamos el tiempo, que lo planifiquemos y actuemos con disciplina y constancia.
Escribir un libro exige sentarse y escribir cada día. Es imposible adelgazar sin una dieta planificada, disciplinada. Un cuadro no se pinta si no se van dando las pinceladas precisas para plasmar el paisaje. No hay nada imposible, todo se puede y no es cuestión de suerte.
Nuestro destino es como crear un mapa de ruta para viajar a algún país. Es como hacer un gran puzle ensamblando pieza tras pieza. Es como construir un mueble de Ikea. ¿Os imagináis construir un mueble de Ikea sin instrucciones y sin seguir paso a paso? Ya con las instrucciones nos sobra siempre algún tornillo, con que si lo construyéramos sin planificación alguna, sería un desastre total.
Hay que hacerse una pregunta clara: ¿Quién soy, qué quiero y cómo lo voy a conseguir? La respuesta más fácil sería: soy un piltrafilla, quiero ser rico y voy a conseguirlo jugando a la lotería. Pero la situación es muchísimo más seria y exige una respuesta determinante que nos lleve al objetivo deseado.
¿Quién soy? ¿Sabes tu formación, conoces tus verdaderas cualidades y hasta dónde llegan tus capacidades? Pues si no lo sabes tendrás que averiguarlo. Analízate hasta dónde llega tu formación y conocimientos, averigua qué te gusta, cuáles son tus dones, qué haces bien, en dónde eres mejor, qué eres capaz de conseguir, qué sabes, qué puedes aprender, hasta dónde puedes llegar. Descubrirás que eres y sabes mucho más de lo que creías y que tu potencial es tremendamente alto para conseguir cualquier cosa que te propongas.
¿Qué quiero? ¿Ser un gran deportista, un gran profesional de la informática, diseñar muebles, construir casas, trabajar en una empresa de ingeniería, montar tu propio negocio, ser fontanero o fabricar barcos? ¿Qué dice tu etiqueta? Diseña un currículum diferente. El CV tiene que ser tu propia etiqueta, la que determina las características de tu producto o servicio, la que llamará la atención del cliente (la empresa).
¿Cómo lo voy a conseguir? Si sacaras al mercado un nuevo producto, ¿no buscarías cuáles van a ser tus clientes? Pues en este caso, con tu CV, con tu etiqueta, deberás buscar las empresas en las que puedes aportar tus cualidades y tus valores, y deberás informarte al máximo sobre ellas para saber cuáles son sus proyectos y en dónde podrías encajar tú perfectamente.
Y a la hora de conocer personalmente al cliente, ¿cómo le vas a vender tus servicios o tus productos? ¿Con qué actitud, ilusión y entusiasmo? ¿Estás preparado para responder a todas las preguntas? ¿Eres capaz de entusiasmar?
Cuanto más conozcas al cliente, cuanto más conozcas a la empresa que oferta el trabajo, más posibilidades tendrás que la "venta" sea un éxito. ¿Te imaginas conocer todo acerca del cliente al que vas a ofrecerle tu producto? ¿Saber a qué se dedica, para qué lo quiere, qué uso le va a dar y que objetivo persigue con él? Si supieras todo del cliente, si supieras todo sobre la empresa, sabrías en qué proyectos participa y va a participar o que otros nuevos va a desarrollar, con lo cual podrías enfocar la oferta de tus servicios, de tus capacidades con mayor fuerza y convicción.
¿Qué mejor forma de construir tu destino que conociendo el camino y sorteando los obstáculos que ya conoces de antemano? El mundo es un puzle muy grande y nosotros somos una pieza que debemos saber colocarla dentro de él. Cuanta mayor información tengamos, cuanto mejor sepamos dónde puede estar nuestro hueco, antes conseguiremos nuestro propósito.
No te preocupes, cuando uno comienza cualquier acción, cuando se dispone de verdad a conseguir su objetivo, el universo se pone a su favor y va abriéndole puertas. Es como cuando uno se pone a escribir un libro, cuando te sientas delante del ordenador parece que tu inspiración no existe, pero a medida que te concentras, que empiezas a teclear algunas palabras, te van surgiendo las ideas como si alguien detrás de ti te estuviera susurrando la historia.
Empieza, ponte a ello, invierte tu tiempo en tu propio futuro, en ese destino que quieres para ti. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. El futuro se construye en el presente y hoy es el mejor momento para empezar. Empieza a caminar, sigue dando pasos, no te detengas, continúa hacia tu objetivo, sigue poniendo piezas a tu puzzle y lo verás construido.
Recuérdalo siempre, tu futuro es tu presente y siempre puedes predecirlo porque tú mismo eres quien lo construyes.
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