Yo la seguí y la conseguí. Y no sabía cómo, y tuve que pensar y repensar, y tenía muchas indecisiones, y tenía miedo, y muchas dudas, y no sabía que camino coger, y me equivoqué de camino, y tuve que retroceder, y volver a empezar, y tropezar nuevamente, y volver a levantarme, y olvidarme de las heridas, y ante todo, mantener la ilusión, la fuerza y el entusiasmo. No pretendas conseguir nada si piensas abandonar ante el primer obstáculo.
Porque el que busca, encuentra. Aunque hay excepciones, raramente alguien encuentra algo si no busca. Hay que ponerse a buscar, remover, apartar aquello que dificulta la visión, descubrir lo que permanece escondido, lo que no se deja ver, volver atrás si es necesario, insistir.
Porque el que avanza, llega. Un paso, otro paso y otro, es la única manera de avanzar. El camino puede ser largo, pero solamente se llega no desfalleciendo y siendo constante. Un edificio se construye ladrillo a ladrillo.
Porque el que siembra, recoge. ¿Has visto a algún agricultor que recoja frutos sin haber sembrado? Los frutos llegan, pero primero se debe sembrar. Sin siembra no hay cosecha.
Porque el que practica, domina. La base para ser bueno en cualquier cosa es practicar, practicar y practicar. Nadie nace sabiendo y la única manera de llegar a ser especialista en algo es practicar. Ningún músico, deportista, artista, conferenciante..., llega a conseguir sus metas sin practicar una y otra vez.
Porque el que da, recibe. Quien piense en recibir sin dar, está muy equivocado. El universo espera ver tu generosidad para empezar a abrirte las puertas de la abundancia.
Porque el que lucha, vence. Hay muchas batallas en la vida y solamente se vence cuando uno sale al ring y lucha por ellas. Uno nunca puede vencer sin haber luchado.
Porque el que arriesga, gana. Cualquier decisión exige un riesgo que puede conllevar a un error, pero como siempre se pierde es permaneciendo inmóvil. Los errores nos enseñan y son los que nos ayudan a mejorar.
Porque el que participa en la carrera, llega a la meta. ¿Has visto a alguien que no participe en la carrera y llegue a la meta? Podrás llegar el tercero, el quinto e incluso el último, pero el que nunca llega a la meta es el que no participa en cada una de las maravillosas carreras que tiene la vida.
Porque el que mira, ve. Sólo abriendo los ojos puedes ver. Mira siempre más allá de lo que ves y verás mucho más de lo que creías haber visto.
Porque el que confía en él mismo, aviva sus fuerzas. Si tú no confías en ti, ¿quién crees que va a confiar? Tus cualidades están ahí, no dudes de ellas. Tienes una capacidad increíble. Con tu confianza lograrás cualquier propósito y objetivo.
Porque el que cree, crea. Para crear, hay que creer. Empieza, ponte a ello, da la primera pincelada, escribe la primera línea, toca la primera nota, da el primer paso y empieza a creer que puedes crear porque así crearás.
Porque el que visualiza, llega a ver su obra. Tienes un sueño, una ilusión, un proyecto y.., ¿lo ves? ¿Tienes esa imagen grabada en tus ojos? ¿La sientes en tu corazón? ¿Bullen las ideas en tu mente? ¿Percibes esa realidad? Visualiza cada día aquello que desees y dirígete hacia ello dando un paso tras otro hasta que seas el verdadero protagonista de tu sueño.
Porque la constancia, lleva al triunfo y al éxito. Sólo la constancia es la que te permite llegar, conseguir, saber, alcanzar, triunfar... En tu vocabulario no puede existir la palabra rendirse. Una gran piedra puede esconder dentro una maravillosa escultura, pero sólo tallando o esculpiendo esa piedra poco a poco, llegarás a descubrirla.
Porque solamente comete errores el que ejecuta acciones. Errores cometerás muchos en toda tu vida y eso querrá decir que el mundo y las personas te han importado y que habrás trabajado mucho para intentar conseguir un mundo mejor.
Porque el maestro más sabio es tu día a día. Cada día amanece regalándote 1440 minutos con los cuales podrás participar en el gran juego de la vida. El tiempo pasa y no se recupera. Aprovecha cada minuto, así como la sabiduría que se te ofrece gratuitamente en cada rincón y con cada una de las personas con que te cruces.
Porque los miedos se superan abriendo la puerta y venciéndolos. Nunca sabrás lo que hay detrás de la puerta si no la abres. El aire fresco te permitirá respirar y descubrir que la verdadera luz se encuentra cuando vas abriendo puertas y venciendo el miedo a lo desconocido.
Porque el que se atreve, es el que consigue. Solamente se aprende a andar, a montar en bicicleta, a esquiar, a patinar.., cuando asumes que te vas a caer e incluso a llevarte algún golpe. La vida te pone obstáculos en el camino con los que vas a tropezar e incluso caer, pero tendrás que atreverte a levantar de nuevo para poder vivir la maravillosa vida que te espera, aunque algunas veces te vapulee.
Porque te conviertes en aquello en lo que piensas. ¿A dónde piensas que vas a llegar? ¿Qué crees que vas a conseguir? ¿Dónde te ves en unos años? Piénsalo bien porque tu vida será fantástica si piensas y actúas para que así lo sea, con verdadero optimismo y confianza en ti.
Porque cuando enfocas tu luz, el objetivo lo tienes claro. ¿Qué visualizas? ¿Hacia dónde diriges tu foco? ¿Qué alumbra el haz de luz? No te preocupes si tienes que enfocar una y otra vez porque el viento varíe tu trayectoria, cuando el objetivo se tiene claro el foco volverá a alumbrarlo.
Recuerda sólo tienes que seguir y seguir, si quieres conseguir.
Porque el que busca, encuentra. Aunque hay excepciones, raramente alguien encuentra algo si no busca. Hay que ponerse a buscar, remover, apartar aquello que dificulta la visión, descubrir lo que permanece escondido, lo que no se deja ver, volver atrás si es necesario, insistir.
Porque el que avanza, llega. Un paso, otro paso y otro, es la única manera de avanzar. El camino puede ser largo, pero solamente se llega no desfalleciendo y siendo constante. Un edificio se construye ladrillo a ladrillo.
Porque el que siembra, recoge. ¿Has visto a algún agricultor que recoja frutos sin haber sembrado? Los frutos llegan, pero primero se debe sembrar. Sin siembra no hay cosecha.
Porque el que practica, domina. La base para ser bueno en cualquier cosa es practicar, practicar y practicar. Nadie nace sabiendo y la única manera de llegar a ser especialista en algo es practicar. Ningún músico, deportista, artista, conferenciante..., llega a conseguir sus metas sin practicar una y otra vez.
Porque el que da, recibe. Quien piense en recibir sin dar, está muy equivocado. El universo espera ver tu generosidad para empezar a abrirte las puertas de la abundancia.
Porque el que lucha, vence. Hay muchas batallas en la vida y solamente se vence cuando uno sale al ring y lucha por ellas. Uno nunca puede vencer sin haber luchado.
Porque el que arriesga, gana. Cualquier decisión exige un riesgo que puede conllevar a un error, pero como siempre se pierde es permaneciendo inmóvil. Los errores nos enseñan y son los que nos ayudan a mejorar.
Porque el que participa en la carrera, llega a la meta. ¿Has visto a alguien que no participe en la carrera y llegue a la meta? Podrás llegar el tercero, el quinto e incluso el último, pero el que nunca llega a la meta es el que no participa en cada una de las maravillosas carreras que tiene la vida.
Porque el que mira, ve. Sólo abriendo los ojos puedes ver. Mira siempre más allá de lo que ves y verás mucho más de lo que creías haber visto.
Porque el que confía en él mismo, aviva sus fuerzas. Si tú no confías en ti, ¿quién crees que va a confiar? Tus cualidades están ahí, no dudes de ellas. Tienes una capacidad increíble. Con tu confianza lograrás cualquier propósito y objetivo.
Porque el que cree, crea. Para crear, hay que creer. Empieza, ponte a ello, da la primera pincelada, escribe la primera línea, toca la primera nota, da el primer paso y empieza a creer que puedes crear porque así crearás.
Porque el que visualiza, llega a ver su obra. Tienes un sueño, una ilusión, un proyecto y.., ¿lo ves? ¿Tienes esa imagen grabada en tus ojos? ¿La sientes en tu corazón? ¿Bullen las ideas en tu mente? ¿Percibes esa realidad? Visualiza cada día aquello que desees y dirígete hacia ello dando un paso tras otro hasta que seas el verdadero protagonista de tu sueño.
Porque la constancia, lleva al triunfo y al éxito. Sólo la constancia es la que te permite llegar, conseguir, saber, alcanzar, triunfar... En tu vocabulario no puede existir la palabra rendirse. Una gran piedra puede esconder dentro una maravillosa escultura, pero sólo tallando o esculpiendo esa piedra poco a poco, llegarás a descubrirla.
Porque solamente comete errores el que ejecuta acciones. Errores cometerás muchos en toda tu vida y eso querrá decir que el mundo y las personas te han importado y que habrás trabajado mucho para intentar conseguir un mundo mejor.
Porque el maestro más sabio es tu día a día. Cada día amanece regalándote 1440 minutos con los cuales podrás participar en el gran juego de la vida. El tiempo pasa y no se recupera. Aprovecha cada minuto, así como la sabiduría que se te ofrece gratuitamente en cada rincón y con cada una de las personas con que te cruces.
Porque los miedos se superan abriendo la puerta y venciéndolos. Nunca sabrás lo que hay detrás de la puerta si no la abres. El aire fresco te permitirá respirar y descubrir que la verdadera luz se encuentra cuando vas abriendo puertas y venciendo el miedo a lo desconocido.
Porque el que se atreve, es el que consigue. Solamente se aprende a andar, a montar en bicicleta, a esquiar, a patinar.., cuando asumes que te vas a caer e incluso a llevarte algún golpe. La vida te pone obstáculos en el camino con los que vas a tropezar e incluso caer, pero tendrás que atreverte a levantar de nuevo para poder vivir la maravillosa vida que te espera, aunque algunas veces te vapulee.
Porque te conviertes en aquello en lo que piensas. ¿A dónde piensas que vas a llegar? ¿Qué crees que vas a conseguir? ¿Dónde te ves en unos años? Piénsalo bien porque tu vida será fantástica si piensas y actúas para que así lo sea, con verdadero optimismo y confianza en ti.
Porque cuando enfocas tu luz, el objetivo lo tienes claro. ¿Qué visualizas? ¿Hacia dónde diriges tu foco? ¿Qué alumbra el haz de luz? No te preocupes si tienes que enfocar una y otra vez porque el viento varíe tu trayectoria, cuando el objetivo se tiene claro el foco volverá a alumbrarlo.
Recuerda sólo tienes que seguir y seguir, si quieres conseguir.
Muchas gracias Jesús, sus palabras me han dado muchísimos ánimos para seguir adelante y no rendirme. Un saludo.
ResponderEliminarMe alegro que mis mensajes le hayan animado para continuar dando pasos sin desfallecer. Debemos confiar en nosotros mismos porque nuestras capacidades son infinitas. Si en algo más le puedo ayudar, cuente conmigo.
ResponderEliminarUn saludo y muchas gracias por seguirme.
Jesús Portilla