No se lo digas con un WhatsApp


¡Qué contradicción! Estamos en la gran era de la comunicación y aunque las maravillosas tecnologías nos hacen más fácil y rápido comunicarnos, el cariño entre las personas tiende a distanciarse y a desaparecer.

Sí, es cierto que las redes sociales nos permiten contactar con muchas más personas pero, ¿nos damos cuenta de que cada vez le damos menos importancia a escuchar, a sentir, a dar cariño...?

Un WhatsApp no es para felicitar a alguien por su cumpleaños, por su trabajo o por su éxito. Si verdaderamente te importa esa persona y te alegra su día señalado, tu interés no se puede limitar a un "felicidades" y una "carita sonriendo con unos globos". ¿Dónde está el cariño, la alegría o el abrazo que debe seguir a una felicitación?

Saber qué le pasa a un compañero o cómo le puedes ayudar, no se expresa con un WhatsApp. La escucha con atención y tus palabras llenas de interés y de apoyo o consuelo, tienen que expresarse dentro de la cercanía. Ningún emoticono o emoji puede suplir esto.

No se muestra interés alguno cuando le preguntas a alguien por su enfermedad, sus dolores o su operación mediante un WhatsApp. Si lo haces por cumplir, ¿no crees que cumples muy mal y que denota una falta total de interés? Si de verdad te importa esa persona, tienes que entrar en su interior para sentir sinceramente lo que está padeciendo y hacerle llegar tu ánimo.

Si te interesan las penas o problemas de alguien, no se pueden preguntar mediante un WhatsApp. ¿O es que no quieres escuchar rollos y prefieres ver una carita triste sin más? El interés por algo o por alguien no puede ser hipócrita, vago o cínico, porque lo que demuestra precisamente es una falta de interés absoluta y que en realidad te importan muy poco o nada las "historias" del de enfrente.

¿Qué interés o importancia muestra una conversación de preguntas y respuestas basadas en emoticonos? Algunas veces es tal la desidia en ser breve en contestar o en preguntar, que ni se entiende bien lo que se pregunta, ni se responde correctamente o a todo lo que se incluye en el mensaje. El "Ok" del pulgar para arriba, no siempre expresa la respuesta.

En medio de una conversación o en una reunión, no puedes ponerte a mirar los WhastApps porque claramente es una falta de educación y respeto que denota el interés, la importancia y la prioridad que le das a la persona o personas que tienes delante.

El WhatsApp y las demás redes sociales han sumado contactos, pero han desconectado a las personas; han acercado la comunicación, pero han distanciado el cariño. ¿Dónde queda el escuchar, el ver, el saborear, el tocar, el estrechar una mano, el abrazo, el dar cariño, el sentir...?

Es fantástico poder enviar un mensaje en dos segundos con un "te quiero", "me alegro", "felicidades", "mejórate", pero eso tiene que ir seguido de una llamada posterior, un encuentro, una visita, un profundo abrazo lleno de sentimiento, amor y cariño.

A las tecnologías deben dársele el uso que les corresponde, pero sin olvidar lo importante de una relación. Al corazón de las personas hay que ponerles alma, no emoticonos.

¿De verdad creemos que responder con una carita sonriente, un aplauso o un guiño, es suficiente y expresa nuestro verdadero sentimiento, o más bien es una respuesta rápida ante esa "falta de tiempo" para estar a todo? El cariño no llega al corazón con tres emoticonos o emojis.

Recuerda, las redes sociales suman contactos, pero restan el estar plenamente conectados.

Se puede expresar amor con un WhatsApp, pero nunca hacerlo sentir. 

Las personas son lo más importante de nuestra vida y solo se mantienen cerca con una buena comunicación.


Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. 
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"


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