¿Te imaginas invertir en algo que sea rentable siempre? ¿En algo que no pierda valor nunca? ¿En aquello que aun dando poco te devuelve mucho?
¿Tú no has sentido algo así cuando has dado un abrazo a alguien? ¿No has sentido una gran satisfacción al haber dedicado tiempo a escuchar a una persona que tan solo necesitaba hablar? ¿No has sentido algo en tu interior cuando has regalado una sonrisa a ese que viene triste, serio, pensativo y agobiado haciéndole sentir la esperanza? ¿O tú mismo al ser atendido por alguien alegre, que te escucha, que desea ayudarte, que te aconseja con la mejor atención? ¿Y cuando un niño te muestra su felicidad porque le has devuelto la pelota?
Pues aunque no te hayas parado a pensarlo, ese es el amor, esa es la mejor inversión para tu vida: el trato con las personas, el hacer feliz a quien tienes enfrente, el regalar sonrisas, el escuchar, el compartir aunque sea tan solo tu conocimiento.
Por eso cuando por la mañana salimos a la calle, al trabajo, a la universidad, nuestra mochila debe llenarse de alegría, de sonrisa, de confianza, de escucha, de esperanza e ir repartiendo amor a nuestro paso que sin lugar a dudas vencerá sobre los problemas, las batallas, las discusiones o sobre esos cambios o nuevos retos que se crucen en el nuevo día. El amor tiene un gran poder transformador.
El amor es una inversión para tu vida que todo lo puede. El amor es un activo y siempre logra que suban las «acciones», esos valores que no cotizan precisamente en bolsa pero que sí cotizan en el sentido que damos a nuestra vida, y aunque provoque alguna caída y señales de volatilidad, siempre se recupera y alcanza cotas muy altas manteniendo una línea ascendente.
El amor, aunque no cotiza en bolsa, siempre produce ganancias en el corto y en el largo plazo. Es una inversión segura con la que nunca se pierde. Cuanto más se invierte en el, más ganancias se recibe, siendo además contagioso con el virus de felicidad que transmite.
Es la mejor inversión en «valores», esos valores que aunque no pertenecen al IBEX, al NASDAQ, al Dow Jones o al S&P 500, son los que más alto cotizan y los que generan mayor rentabilidad, una rentabilidad que tiene una clara tendencia alcista y un efecto multiplicador y duradero que produce amplias ganancias en esa amplia cartera de valores que llevan hacia la felicidad: alegría, respeto, tolerancia, paciencia, generosidad, comprensión, humildad...
Los vacíos del corazón no se llenan con dinero, se llenan con amor. El amor siempre une y logra que la competitividad se convierta en compartir; que el estrés y las prisas, se conviertan en tiempo para escuchar y ayudar; que ese maravilloso fruto del trabajo generador de riqueza, se convierta en generosidad.
Ten en cuenta que cuantos más caramelos repartes, menos caramelos te quedan, pero cuanto más amor repartes, más amor recibes; porque cuando más ayudas a los demás, más te ayudas a ti. No lo dudes, el amor es la mejor inversión para tu vida.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
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"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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