¿Te imaginas el aterrizaje de un avión cuando multitud de luces de balizamiento intentan confundirlo en su elección de pista?
¿Te imaginas que se enciendan unas y se apaguen otras sin tener otra información?
¿Te imaginas elegir la pista equivocada?
Pues todo esto nos sucede cada día en nuestras decisiones; vemos muchas luces, muchos focos y hay que decidirse para elegir el camino correcto. Hace falta controlar muy bien nuestros sentidos para no equivocarnos y dirigirnos hacia otro objetivo, porque no elegir bien la pista puede hacer estrellar nuestra nave.
El problema es que los focos más llamativos, las luces de balizamiento «más bonitas y más luminosas» son las distraen nuestra atención y tientan nuestra decisión.
Necesitamos pararnos a pensar para no ser manipulados, porque esa forma de actuar como marionetas gobernadas por un hilo tentador, nunca nos llevará hacia el camino correcto ni dará sentido a nuestra vida.
Pensar y darse cuenta que no está bien eso que nos están proponiendo, es esencial para no salirse de pista.
Pensar si es lícito, ético y honesto ganar más dinero de esa manera tan fácil, nos hará ver la verdaderas luces de balizamiento.
Pensar si de verdad ése es el salario justo que merece esa persona, nos llevará a corregir un posible abuso.
Pensar si eso es sencillamente una explotación de personas, evitará que nos estrellemos haciendo daño a mucha gente.
Pensar en lo que significa una infidelidad y esa absurda tentación, evitará estrellarse al elegir la pista que no se debe elegir por amor, respeto, responsabilidad y compromiso.
Pensar antes de pisotear a unos y a otros calibrando los daños colaterales, conseguirá el perfecto aterrizaje.
Pensar si esa satisfacción del momento, no serán las lágrimas de tu futuro, nos hará descubrir la verdadera luz.
Pensar si ese falso testimonio, esa crítica, esa murmuración conduce a la felicidad, nos redirigirá al camino de la verdadera justicia.
Pensar si ese trabajo que nos ofrecen, ese proyecto tentador, conduce a nuestro objetivo de vida sin afectar a los que te rodean, nos mantendrá en la pista correcta.
Pensar que equivocarnos con las luces o los focos de la ambición, de la soberbia, del egoísmo y de la humillación, será un error que desviará radicalmente nuestro destino.
Y es que lo importante para no salirse de pista son los referentes, esas verdaderas luces de balizamiento que alumbran constantemente nuestro camino y corrigen nuestra trayectoria cuando esta es confusa o errónea. Tenemos que buscar el foco, la estrella que alumbre nuestro camino para aterrizar en una calle segura.
Para crecer como personas necesitamos ejercitarnos todos los días en aquello que nos perfecciona. El hábito que nos hacer ser mejores personas, para no equivocar el camino, se llama virtud.
Lo importante son aquellos valores que brillan ante la oscuridad para iluminar las acciones.
Lo importante son esas personas que iluminan con su bien hacer.
Lo importante es la familia que apoya, alienta, da cariño y reconduce a la pista adecuada.
Lo importante son esos ejemplos, esas acciones, esos testimonios que como brillantes luces de balizamiento, dejan una huella imborrable para seguir el verdadero camino.
El mundo nos ofrece cada día, a cada instante, grandes y maravillosos «dulces y supuestos regalos tentadores» que nos conducen a la amargura, y solo fijándonos en los grandes ejemplos de la humanidad que antepusieron el amor ante las múltiples delicias y placeres que se encontraron en el camino, encontraremos la pista adecuada para no estrellarnos.
No nos salgamos de la pista, nuestros errores pueden causar graves daños en nosotros que repercutirán directamente en los demás. Todos los días tenemos oportunidades para dejarnos guiar por la verdadera luz.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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