Las bondades del agradecimiento




Cuando éramos pequeños, mi madre nos decía que debíamos ser agradecidos porque desde que nos despertábamos por las mañanas hasta que nos acostábamos por la noche, estábamos recibiendo cosas que pasábamos por alto.

Y es cierto, parece que solo nos damos cuenta de lo que nos falta, pero no de lo que tenemos e incluso de lo que nos sobra. Si como decía mi madre, nos parásemos a pensar todo lo que tenemos o recibimos desde que nos levantamos o mejor dicho, si dejáramos de recibir lo mucho de lo que disfrutamos cada día, seguramente es cuando lo valoraríamos y encontraríamos el significado del agradecimiento. 

Poder tener una casa, dormir confortablemente en una cama, tener agua para lavarse y calmar la sed; poder desayunar, tener una familia, tener un trabajo, amigos, compañeros, recibir sonrisas, poder comer cada día —incluso elegir el menú—; tener un coche o medios de transporte para ir y venir a casi todos los sitios, poder volver a descansar a casa... 

Y si a eso añadimos, el sofá, la cervecita, la televisión, el móvil, la ropa, el gimnasio, los libros, el equipo de música, los viajecitos, la luz, el gas y tantas y tantas cosas que uno tiene en armarios, en cajones y en donde ni siquiera sabemos, creo que merecen nuestro agradecimiento.

Son tantas las bondades del agradecimiento, que cuando no eres agradecido tan siquiera en lo poco, ¿para qué vas a recibir más? El que no valora y agradece lo mínimo, no sabe lo que es no tener nada, porque precisamente los que no tienen nada, son los que agradecen todo, incluso nuestra mirada y nuestra sonrisa, cosa a lo que muchos no le dan valor ninguno.

Es lícito quejarse, somos humanos y hay muchas cosas que nos afectan, pero no se puede ir de derrotista por la vida, porque muchos se cambiarían inmediatamente por nosotros, aun corriendo esa supuesta mala suerte que algunos dicen tener.

Como decía mi madre, recibimos multitud de cosas a diario por las que estar agradecido, pero es que además hemos recibido unos dones, capacidades y cualidades gratuitamente, y que están a nuestro servicio para utilizarlos cuando queramos. Esto no va de ser optimista y ver solo las cosas buenas —aunque yo prefiero ser así—, sino del simple agradecimiento por tantas y tantas cosas que hemos ido recibiendo, que recibimos, que tenemos a nuestro alcance y que incluso nos permiten el ser generosos y poder compartirlas con los demás.

A mí me gusta ser agradecido, y además, me satisface ver la cara de alegría de todos aquellos que se cruzan en mi camino y me saludan, regalándome una sonrisa, y de todos aquellos que me sirven a diario y que solo con esas simples palabras sienten reconocido su trabajo. Por ejemplo el frutero, el panadero, el vecino, el compañero, el conductor del autobús, el vigilante... 

También, cuando he tenido un día complicado, lo veo compensado con todo eso que parece invisible, pero que también ha pasado y ha sido bueno, además de sentir el cariño de mi mujer, mis hijos y mi familia, que me hacen olvidar y recordar lo más importante.

Puede que mis palabras no hayan sabido explicar bien las verdaderas bondades del agradecimiento, pero si es así, tal vez, puedan hacerte reflexionar lo que grandes personajes de nuestra vida dicen al respecto:

La gratitud se da cuando la memoria se almacena en el corazón y no en la mente. Lionel Hampton.

El hombre sabio no se aflige por lo que no tiene, sino que se alegra por lo que tiene. Epíteto.

No arruines lo que tienes deseando lo que no tienes. Epicuro.

Debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas. John F. Kennedy.

Siempre hay flores para aquellos que quieren verlas. Henri Matisse.

Sé agradecido por lo que ya tienes mientras persigues tus objetivos. Si no estás agradecido por lo que ya tienes, ¿qué te hace pensar que serías feliz con más? Roy T. Bennett.

La gratitud es la capacidad de experimentar la vida como un regalo. Nos libera de la prisión de la auto-preocupación. John Ortberg.

La gratitud abre la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente, y más. Convierte la negación en aceptación, el caos en el orden, la confusión en la claridad. Puede convertir una comida en una fiesta, una casa en un hogar, un extraño en un amigo. Melody Beattie.

Solo hay dos maneras de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro. Albert Einstein.

Dios te dio un regalo de 86.400 segundos hoy. ¿Has usado uno para decir ‘gracias’? William A. Ward.


Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. 
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"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

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