En otro artículo anterior lanzaba esta pregunta: ¿Trabajo o familia? Debió de causar impacto porque miles fueron los que dedicaron unos minutos a leer mi humilde reflexión.
¿Cómo puede existir un poder que quiera hacer desaparecer la familia?
Para mí es algo que tengo tan claro que vuelvo otra vez con este tema afirmando la importancia que tiene la familia para nuestra vida. No me la imagino sin mi familia. Es más, se me saltan las lágrimas al pensar en no poder abrazar a mi esposa, a mis hijos, a mis nietos, a mis padres o mis abuelos, que ya están en el cielo, y a los demás miembros de mi familia que están o han estado en mi vida.
¿Qué sentido tiene el éxito si no puedes compartirlo con los que más quieres? Cuando cometes un error o has hecho algo de lo que no te sientes satisfecho, lo que más te duele es si se entera tu familia o cómo se lo vas a decir. ¿Y cómo no se lo vas a decir? Tu familia, tu mujer, aquellos a los que más quieres o te quieren son los que te van a consolar, los que te van a alentar para pedir perdón, para seguir adelante, para que tu corazón vuelva a palpitar con fuerzas. No sé cómo pueden vivir esos poderes que quieren cargarse la familia. La familia es la que te da la felicidad.
Cuando recuerdo mis años de novios, mis primeros días de casados, mi primer, segundo, tercer y cuarto hijo, solo recuerdo alegría y me río de esos días de insomnio, de pañales, de falta de tiempo, de llantos, de normas, de reglas, de estudio, de rebeldía y sobre todo de hacer familia día tras día enseñando, educando, transmitiendo valores, contagiando amor y caminando juntos hacia el cielo. Me enorgullezco de ello. No hay nada que enorgullezca más que la familia.
¿Qué puede ser más bonito que amar y que te amen? Hablar con tus hijos, aconsejarles, jugar con ellos y dirigirles. Y ahora que son mayores, no hay nada más feliz que llamarles, preguntarles si tienen un rato libre y comer son ellos uno a uno o en grupo mientras te cuentan cosas de sus parejas, su trabajo, sus sueños y gozar con todo aquello que tú les has enseñado y que ahora ellos lo viven, lo sienten y lo agradecen compartiéndolo con sus propios hijos, nuestros nietos, enseñándole aquello que nosotros les enseñamos en su día.
¿De verdad alguien puede pensar que el trabajo, el éxito, el poder, el reconocimiento, el aplauso, es más importante que la familia? ¿Alguna de estas cosas te puede hacer más feliz?
El futuro de la humanidad no está en el éxito laboral, no os confundáis ni dejéis que os confundan. Nunca puede haber éxito laboral si falla el pilar de la familia. Puede haber dinero, lujo, poder y hasta reconocimiento, pero siempre será un éxito cojo porque faltará uno de los pilares más importantes que aportan valores y principios al desarrollo laboral propio y al de los que te acompañan en el proyecto.
La familia transmite el amor, la educación, los principios, los valores, la disciplina, el esfuerzo, la generosidad, el compartir... ¿Y cómo se puede llegar al éxito laboral sin los referentes de la familia?
Aquel que aparta del camino a su familia, no llegará a ninguna parte y si llega, ¿dónde habrá quedado la felicidad?
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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