Ser santos hoy y siempre


No sé a vosotros, pero a mí mis padres me insistían en la importancia de ser buena persona sobre todo. Y la verdad es que vemos tanta maldad, tantas personas que caminan por el mundo absolutamente perdidas sin saber a dónde van ni dónde está lo que supuestamente buscan, que creemos que ya no quedan santos o buenas personas a nuestro alrededor.

Pero sí, hay muchas buenas personas y muchos santos que caminan a nuestro lado y que nos dan lecciones cada día con sus acciones y su bien hacer dejando a un lado su egoísmo y pensando en los demás, controlando su soberbia y mostrando su humildad.

Me lo recordaba el otro día Myriam Isabel González Navarro: "Hay mucha más gente de la que pensamos que procura el cambio, haciendo las cosas bien". Pero aun siendo esto verdad, parece que solamente se ve los que quieren ser o disfrazarse de "monstruos", que los que quieren —o procuran— ser o disfrazarse de "santos".

Yo prefiero que mis hijos sean ante todo, buenas personas, santos en su comportamiento, en sus decisiones, en su acciones, con sus parejas, con sus hijos, con su amigos, con sus compañeros, con sus jefes, con sus colaboradores, con sus clientes, con sus proveedores... Sí, yo prefiero que sean santos antes que poderosos, ricos, famosos o exitosos. Y si siendo santos, llegan a ser algo de eso, que no olviden sus principios y valores priorizando ante todo su santidad y bien hacer.

Porque la cosa es fácil. Muy fácil diría yo. Ante cualquier situación con las que nos enfrentamos solamente hay que hacerse una pregunta, antes de tomar una decisión y emprender una acción: ¿está bien o está mal? Aquí no valen los peros. El discernimiento entre el bien y el mal debe de ir primero para que no prevalezca la ambición, el egoísmo, la soberbia y cualquier otro comportamiento que nos haga pensar en los beneficios que EL MAL nos pueda reportar.

El hacernos esta pregunta y obrar en consecuencia, es lo que nos hará seguir ese camino de santo o de monstruo, ese camino de bondad o de maldad, ese camino que hace ser buena persona o mala persona.

Solamente dando ejemplo, dejando nuestra pequeña semilla —ese grano de mostaza—, allá donde estemos y con quien estemos , es lo que hará crecer los grandes frutos de bondad que alimenten a los que —por estar perdidos—, lo necesitan para despertar sus corazones y vuelva  a haber sentimiento, generosidad, amor...

Yo, mientras tanto, seguiré escuchando las voz de mis padres, procurando ser buena persona, aunque lamentablemente, y en muchas ocasiones, me arrepienta de mis acciones y de incluso no haber pedido perdón. Aún así, prefiero ir sembrando pequeñas semillas para poder aspirar al cielo. Creo que algunas de ellas podrán dar fruto.


Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. 
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

Comentarios

  1. Ciertamente ser Buena Persona es una de las cualidades más importantes que una persona puede y debe adquirir para su propio carácter. Esa adquisición de carácter personal, beneficiará a la persona desde ese mismo momento, y beneficiará a todos sus semejantes con quienes trate. Y a la vez es uno de los caminos que llevan a la verdadera felicidad personal.

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