Viendo el otro día el vídeo que adjunto más abajo, me llevó a escribir estas reflexiones al producirme una gran pena el mundo que se nos vende, y que hace caer a tantos por el precipicio.
Hay que buscar la verdad aunque duela, aunque te señalen, aunque te lleve a ser el último en la mesa. Porque la verdad no es esa que provoca los aplausos, los fuegos artificiales, los likes, el dinero fácil...
Ese éxito que otorga la mentira es el gran fracaso. Es engañarse a uno mismo y querer engañar a los demás, solamente por obtener ese premio que nunca conducirá a la felicidad, y cuya satisfacción tiene los minutos contados.
En el trabajo, en la política, en la vida social, la mentira es la lacra que destruye a las personas sembrando daño en todo aquello que toca.
Nos la quieren vender y muchos son los que compran esa falsa luz del tener, poseer, desear, quererse a uno mismo, satisfacerse, obtener placer y llegar al éxtasis para librarse del sufrimiento; pero después de esos minutos de falsa alegría vuelve el vacío, la podredumbre y la insatisfacción porque el caramelo se ha acabado.
Eso que nos vendían como la verdad ha explotado y ha descubierto lo que escondía: egoísmo, ambición, orgullo, narcisismo, vanidad, perfumes embriagadores que hipnotizan y embriagan, llevándote por un camino que en ningún momento abrirán la puerta de la felicidad.
¿Merece la pena vivir encandilados por las tentaciones del mundo: poder, éxito, dinero, placeres...?
Nunca se habla del gran número de suicidios en esta era en la que parece que se tiene de todo. ¿De qué sirve el éxito de la mentira? ¿Qué hay después de los fuegos artificiales? ¿Qué esconden esos envoltorios tan bonitos? ¿Cuál es la sensación que viene después del abuso de los placeres: adicciones, sexo, pornografía, alcohol, drogas, redes "sociales"...?
¡Hay que vivir! Pero...¿Vivir mentiras es vivir?
"Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras".
Cuando uno tiene miedo a no tener éxito, a no ser respetado, a tener que dejar el trono, el lujoso despacho, a no ganar tanto como pretendía.., no le importa defender la mentira, callar las verdades e incluso denunciar a quienes las defienden.
¿A quien seguir? ¿A los youtubers, a los tuiteros, a los famosos, a los políticos, a esos arrogantes que se enriquecen sin escrúpulos? ¿Dónde están los verdaderos referentes? ¿Dónde se encuentran esos valores que de verdad hacen crecer, compartir y amar?
¿De verdad te sientes satisfecho con la vida que llevas?
¡Decídete si no quieres equivocarte! Solo tienes que decir mirando al cielo: ¡Quiero cambiar!
La Fe es un don, pero hay que pedirla.
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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