Ceguera voluntaria


Es curioso, cuando no lamentable, observar cómo unos y otros miramos para otro lado cuando aquello que creemos que está frente a nosotros, va a suponer que tengamos que detenernos a escuchar, a hablar, a decidir y a cumplir con nuestra obligación y responsabilidad.

El otro día, en el metro, pasó delante de mí uno de tantos mendigos que recorren los vagones pidiendo ayuda, pañuelos, caramelos... Este era un señor bastante mayor que según se acercaba, no queriendo sentir su necesidad de una ayuda, aparté la vista diciéndome que no tenía «suelto» mostrándome ciego ante su presencia. ¡Vaya excusa! Pero la lección me la dio una chica que se acercó a él y le dio un billete de diez euros viendo en sus ojos su agradecimiento. Ella lo mismo sí tenía suelto, pero aún así, le dio lo que pareció una verdadera ayuda para él.

¡Qué ceguera voluntaria la mía! Le vi venir, pero aparté la vista de él porque no tenía dinero suelto aun percibiendo su necesidad. Me dolió mi desprecio cuando pensé en mi excusa después de ver la caridad de la chica que le alegró al menos ese día.

Esa es la ceguera voluntaria que mantenemos a diario ante multitud de situaciones que surgen a nuestro alrededor para no sentir la preocupación y el problema de quien tenemos enfrente.

Pero esto no solo pasa en el metro, pues rara es la empresa donde no ocurra eso mismo a diario. La ceguera, la sordera y el mutismo voluntario es una práctica que pretende huir de todo aquello que puede salpicar a uno y dejarle manchado o mejor dicho, involucrado.

Mirar para otro lado, hacerse el sordo y mantenerse mudo ante las necesidades e injusticias, parece que libera a uno de posibles complicaciones que podrían dar significado al dicho "que cada uno salve su culo", sin importar lo que les afecte a los demás.

Pasar de largo, ignorar lo que se escucha y callar lo que es necesario decir, es lo que lleva a que acciones y hechos reprobables se produzcan a diario no dando importancia a las consecuencias.

Precisamente escuchaba el otro día  que hay muchas diferencias entre oír y escuchar: Cuando escuchamos se activan muchas cosas en nuestro interior que nos llegan al corazón y a nuestra alma. Escuchar algo es un riesgo que nos puede cambiar, nos puede transformar o nos lleva a reflexionar sobre algo para actuar en conciencia sobre los valores, los principios, la moral y la justicia.

Y lo mismo pasa con ver y mirar o con enmudecer o hablar diciendo lo que se tiene que decir. No podemos callar lo que es reprobable, no podemos dejar de defender lo que no es verdad, no podemos hacer público lo que es mentira. 

La ceguera voluntaria es un mal que cada día nos acecha siendo cómplices de decisiones y acciones de una y otra índole, que se cometen saliendo indemnes aquellas faltas, delitos o fraudes, que más tarde volverán sobre cada uno de nosotros afectando al mundo que vivimos, dando todo por bueno o quitando importancia a aquello que verdaderamente la tiene, siendo lo que nos hace ser rectos, honestos, íntegros y auténticos.


Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. 
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

Comentarios

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...