Tenemos en nuestro interior un instrumento que puede llenar de música todo lugar por donde pasemos y a todos aquellos con los que nos crucemos. Las mejores notas musicales pueden salir de él y llenar de una fantástica melodía nuestro día a día.
Un instrumento que puede transmitir alegría, ilusión, entusiasmo, felicidad y amor, y que va siempre con nosotros esperando salir al exterior y hacer brotar las fuentes de la vida.
Llevamos la mejor orquesta en nuestro interior, con todos y cada uno de los instrumentos, capaces de convertir con sus notas musicales la tristeza en alegría, el odio en amor, la ofensa en perdón...
Todo está en nuestro corazón, un corazón que debemos educar, cuidar y vigilar, porque de él brotan las fuentes de la vida y no solo de nuestra vida, sino de la vida de todo aquel que tenemos enfrente.
Dice Mario Alonso Puig: cuando el corazón se enciende, la cabeza sigue el ritmo; es la fuerza transformadora del amor, todo nuestro talento reside en nuestro corazón; el corazón es donde están nuestros valores, los valores que dan referencia a nuestras acciones, los valores que son nuestro faro.
Ese gran faro que puede iluminar no solo nuestro camino, sino como decía en el párrafo anterior, el de todo aquel con quien nos cruzamos.
No podemos morirnos con nuestra música dentro. El corazón es fuente que vivifica todas las acciones. Es urgente recuperar los valores, esos valores que nos hacen más humanos.
El amor: abandonar el egoísmo y procurar la felicidad de los demás.
La bondad: ese deseo de hacer el bien.
La generosidad: compartiendo nuestros bienes, nuestros dones, nuestros conocimientos.
La paciencia: saber esperar a que las semillas plantadas den su fruto.
La tolerancia: escuchar, entender y ponerse en el lugar del otro.
La gratitud: aceptando lo que recibimos y se nos ofrece, reconociendo su valor.
El perdón: olvidando rencores y resentimientos, reconociendo también nuestras culpas.
La humildad: aprendiendo a ser sencillos sin buscar la alabanza y el reconocimiento.
La sinceridad: convivir y relacionarse sin intenciones ocultas.
La responsabilidad: poniendo en el lugar que les corresponde a nuestros deberes, compromisos y obligaciones.
Es urgente recuperar los valores. Nuestro corazón tiene esa maravillosa música en su interior. Tiene una fuerza que transforma esos valores en alegría para compartir. No te mueras con la música dentro.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"
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