Solo un momento para agradecer


Tal vez no debiera ser solo un momento —por lo menos en mi caso—, porque la verdad es que tengo mucho que agradecer en mi vida. Sí, claro que he tenido mis adversidades, unas más graves que otras, pero eso es lo que tiene vivir.

Ya hablé del agradecimiento en mis artículos: "las bondades del agradecimiento" y "agradecer, engrandece". Pero este verano me siento muy agradecido y recuerdo que mi madre nos insistía en que debía ser una parte importante en nuestra vida.

Cuando miro a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos; me paro simplemente en ver su alegría, su sonrisa y revivo los momentos que pasamos con ellos en los diferentes encuentros familiares... ¡Cómo no me voy a sentir feliz y agradecido!

Disfrutar con ellos en la playa, degustar una paella, un helado o un simple aperitivo, jugar a la petanca, a las palas, hacer hoyos en la arena o revolcarnos en la colchoneta por la fuerza de las olas, tragando agua entre carcajadas... ¡Cómo no voy a dar gracias por ese rato de diversión!

Comiendo juntos, recordando la niñez de unos y otros; así como las trastadas, los estudios, novias, novios y los secretos que se escondían en años atrás, disfrutando de ese maravilloso momento familiar... ¡Cómo no va a ser otro motivo más de agradecimiento!

Veo los dones, cualidades y capacidades que ha regalado Dios a cada uno, que son trasladados al bien hacer en el trabajo y con las personas que se cruzan en el camino; y... otra vez a agradecer.

Recuerdo los momentos vividos este verano, los sitios donde hemos estado y lo bien que nos han atendido; gente fantástica, atenta, sonriente, servicial; y... otro motivo más a sumar.

Y como contaba en el artículo anterior sobre la peregrinación a Medjugorje; cuando encuentras un lugar lleno de ángeles, un pequeño cielo en la tierra, donde se respira paz y amor, rodeados de un fantástico grupo que compartía sus testimonios y te contagiaba su Fe con sus vivencias personales... ¿No es para mostrarse muy agradecido por ser un privilegiado con tantas cosas y sentirse tan querido?

En estos tiempos en los que la crítica, el inconformismo, la impaciencia y la queja está en boca de una gran mayoría, me parece que tenemos la clara obligación  de reconocer la cantidad de cosas buenas que pasan a nuestro alrededor, la cantidad de medios que tenemos a nuestro alcance, lo que nos aportan cada día las personas que se cruzan en nuestro camino, el servicio y la atención que recibimos de muchos, el lugar donde vivimos, donde trabajamos, el sol que nos despierta cada día, el pan que comemos, lo que nos enseñan unos y otros, nuestros dones y capacidades, saber qué es lo correcto... En fin, tanto...

Como decía mi madre: "no os olvidéis nunca de ser agradecidos". ¡Hay tantas cosas que agradecer y que recibimos gratuitamente en el día a día, sin apenas darnos cuenta, que deben ser compartidas dejando que nuestro corazón grite un "fuerte gracias a tantos por tanto" y otro fuerte, "gracias por todo, Señor".

Muchas gracias por estar aquí y compartirlo. 
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"

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